La visita se centró en los lugares salesianos más emblemáticos de la ciudad condal. Uno de los momentos más significativos fue el recorrido por Can Prats, donde Don Bosco se alojó durante su visita a Barcelona en abril y mayo de 1886. También visitaron el templo del Sagrado Corazón en el Tibidabo y la Casa de Martí Codolar, tres enclaves que marcaron la huella salesiana en la ciudad. En cada uno de estos lugares, los jóvenes fueron guiados por salesianos de las respectivas comunidades, quienes contextualizaron con detalle el significado histórico y social de la presencia de Don Bosco en Barcelona.

La visita a la Sagrada Familia fue otro punto culminante del viaje. A través de una visita guiada, los participantes pudieron admirar la creatividad y espiritualidad de Antoni Gaudí, quedando maravillados ante la belleza y simbolismo del templo.

Además del itinerario cultural y salesiano, el grupo tuvo tiempo para descubrir otros rincones emblemáticos de Barcelona, como el barrio Gótico y las concurridas Ramblas. Hubo también espacio para la convivencia y el ocio: el primer día disfrutaron de una velada en el centro juvenil del Tibidabo, mientras que la segunda noche se divirtieron en una bolera.

El viaje concluyó con una espectacular subida al castillo de Montjuic, desde donde el grupo descendió en teleférico hasta las instalaciones del estadio olímpico. Allí pudieron recorrer el icónico recinto que albergó los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Esta experiencia, que combinó aprendizaje, convivencia y diversión, dejó en los alumnos un recuerdo imborrable y reforzó los valores de unidad y espiritualidad característicos del carisma salesiano.