Por Redacción Zaragoza.
El pasado fin de semana, la comunidad salesiana de Zaragoza vivió dos jornadas muy especiales con motivo de la festividad de María Auxiliadora y la celebración del Día de la Comunidad Educativa. Ambos eventos reunieron a centenares de personas en un ambiente festivo, familiar y profundamente salesiano.
La festividad de María Auxiliadora, celebrada el sábado 24 de mayo, comenzó con la tradicional eucaristía solemne en la parroquia, acompañada por la Coral Montserrat, que aportó su música para engrandecer la ceremonia. Tras la misa, se realizó la procesión por las calles del barrio, un momento emotivo en el que alumnos, familias, educadores y miembros de la comunidad salesiana caminaron junto a la imagen de la Virgen, compartiendo su fe y devoción.
La celebración continuó durante el domingo con el Día de la Comunidad Educativa, con el Torneo de María Auxiliadora, que arrancó el viernes por la tarde con una animada competición de baloncesto 3×3, abierta a participantes de distintas edades. Desde ese momento, y hasta el domingo por la mañana, el colegio fue punto de encuentro para equipos de fútbol y baloncesto que participaron en un torneo lleno de deportividad, emoción y buen ambiente.
La jornada estuvo repleta de actividades para todos los públicos: hinchables para los más pequeños, el desarrollo de los torneos deportivos, un sorteo de regalos gracias a la colaboración de Salesianos Zaragoza, Serunión y AMPA, y la esperada fiesta de la espuma, que puso la nota refrescante a la tarde. Además, se celebró la última sesión del musical de este año de la Asociación Trobada d’Amics, “Vaiana”, como es costumbre, un éxito, ya que contamos con unos verdaderos artistas.
No faltaron tampoco las propuestas solidarias, que forman parte esencial del espíritu salesiano: una degustación de bizcochos y un mercadillo de libros permitieron recaudar fondos que se destinarán a Dona Médula y la ONG Bosco Global.
Un año más, Salesianos Zaragoza ha vivido un fin de semana cargado de fe, convivencia, deporte, solidaridad y alegría, celebrando juntos la vida en comunidad bajo la protección de María Auxiliadora.
