Por Irene A. alumno de 2º BAC
La joven cerró el grimorio marcando la página 394. Estaba decidida, esa poción de amor iba a salir bien de una vez por todas.
Se fue al bosque que rodeaba su aldea y pasó la mañana recogiendo los ramilletes y bayas necesarios para el brebaje y estuvo los días siguientes haciendo los preparativos en secreto pues nadie allí era el mayor fan de la magia, y finalmente lo consiguió, salió bien y esos ojos que desde hacía unos años la miraban con odio le devolvían la mirada llenos de amor.
Todo el mundo lo notaba, su voz era más alegre, siempre estaba de buen humor y las demás chicas la miraban con una mezcla de admiración y envidia, hasta que un día un grupo de ellas se le acercó y le preguntó: “¿Cómo has conseguido quererte tanto a ti misma?” y con una sonrisa, la joven bruja les paso el grimorio y les dijo: “Id a la página 394”