Por Sergio L. alumno de 1º BAC
A medida que cabalgaban las olas, sentías la adrenalina corriendo por tus venas y te sumergías en la inmensidad del océano. Las olas te llevaban en un vaivén emocionante, y cada momento en el agua era una experiencia única y revitalizante. La combinación del sol brillando en el horizonte y la sensación de libertad que te proporcionaba el surf creaban una sensación de plenitud que solo se podía encontrar en el mar. Después de horas en el agua, finalmente emergiste de las olas, empapado pero con una sonrisa en el rostro. El sabor de las patatas fritas y la salsa blanca todavía perduraban en tu paladar, y te sentiste agradecido por haber disfrutado de dos de tus mayores placeres en un solo día. La playa, el surf y la comida deliciosa se habían combinado para hacer de esta jornada una experiencia inolvidable.