Por Laura S. alumna de 2º BAC
Mi tío Martín, conducía a casa tarde una noche cuando él cogió a una muchacha con un vestido blanco que hacía autoestop. La chica era muy agradable y entablaron una buena conversación. La llevó a su casa y la dejó allí. Al día siguiente, se dio cuenta de que se había dejado su jersey en su coche. Decidió dejar el jersey en su casa. Cuando tocó el timbre, una anciana contestó a la puerta. Él le cuenta su historia y ella le dice que debe de estar equivocado. Su hija murió en un accidente de coche después de una noche de baile hace muchos años. Él se marchó aturdido dándole el jersey a la anciana. Cuando llegó a su casa, decidió hacer como si nada hubiera ocurrido, se fue a la cama, pero ahí estaba, el jersey perfectamente plegado.