Salesianos Zaragoza
Ni soy tu padre ni soy tu madre

31 marzo 2025

Por Rocío R. alumna de 2º BAC

 

Era 9 de julio, un día completamente normal. Vivo en Tierga, un pequeño pueblo de Zaragoza, con mi padre, ya que mi madre falleció en un accidente de coche cuando yo era tan solo un bebé, por lo que ni siquiera la recuerdo.

Me levanté, desayuné y fui a comprar el pan, como cada mañana. Después, me dirigí a la tienda del pueblo y, de repente, se me antojó comprar el periódico del día. Mi padre nunca me dejaba comprarlo, pero aquel día la curiosidad fue más fuerte. Para que no me descubriera, lo leí en la puerta de casa antes de entrar.

Entonces lo vi. En la página cuatro. Una mujer abrazaba a un hombre; ambos lloraban. El titular decía: “Trece años después, no pierden la esperanza”. Era un reportaje sobre unos padres que habían perdido a su hija cuando era un bebé, tras ser secuestrada por un hombre. Leí todos los detalles sobre aquella niña y, entonces… me di cuenta: esa niña secuestrada era yo.

En ese momento, la puerta de casa se abrió de golpe. Mi padre, o al menos quien creía que lo era, tiró de mí bruscamente y me lanzó al suelo. Fue entonces cuando lo miré a los ojos, los ojos del hombre a quien había llamado “papá” durante trece años… Un hombre que, en realidad, no era más que mi secuestrador.

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