Por Alba H. alumna de 2º BAC
«Soy un cigarrillo«
Miau miau, ¡No soy un gato! Soy incluso mejor que esos mininos, sin embargo, tenemos una característica en común, los cigarrillos y los gatos tenemos siete vidas. Dejadme que os cuente, mi primera vida fue espectacular, cabarets, prostíbulos, trastiendas, todo lo que desea un buen cigarrillo, hasta que un día llegó un ejecutivo y el tío sinvergüenza me fumó. En mi segunda vida perdí la fe en la humanidad, ¡me fumó un bebé! Luego me enteré de que ese bebé se llamaba lola lolita, ahora tenía todo más sentido. A la tercera me fumó un rinoceronte, a la cuarta un escarabajo pelotero, a la quinta tuve el honor de que lo hiciese Tutankamon y a la sexta, aunque tuve más cuidado, vino un testigo de Jehová a mi casa y no tuve más remedio que ofrecerme para que se callase de una vez. Y pues en esas estoy ahora, en mi séptima. Como te quedas chaval. Pero tío, ¿qué haces sacando un mechero al lado mío? No te me acerques tanto, sisi te lo estoy diciendo a ti que me estás mirando, ¡Ay! No me toques el filtro, ¡Quita! Dios por favor otra vez no, encima de que había sido majo contigo. Pero bueno, vaya dientes más feos ¡Adioooos!
Poesía: “La suerte de mi vida”
Poseo la razón, la nariz, la bisectriz,
los tontos piensan que lo tengo todo,
y sí,
tengo suerte,
una suerte acechante en constantes instantes.
La señorita ansiedad me ha escogido como su musa,
me dice que lo pasaremos de muerte
para empezar
hicimos una escultura de vértigos
después
lienzos de nervios, ganas de vomitar en gotelé,
vestía prendas con nudos en la garganta
y me espantó tanto la estampa que pensé
y entonces le miré a los ojos,
cara a cara, ceja a ceja, oreja a oreja,
y yo cambié, desperté, superé, devoré y renací,
en mi propio arte me convertí