Por Alba S. de 2º BAC
Fue verte y todas las canciones de amor cobraron sentido. Tal vez fue mi corazón quién me mandó esa señal, o tal vez fueron mis sentidos adormilados por la ginebra, pero al verte bailar entre las luces de neón me pareciste una visión, una diosa de un planeta lejano que bajó a visitar a los mortales terrestres.
Sabía que no era el más guapo de la discoteca, y puede que tampoco el más inteligente, pero tenía que hablarte. Algo en tu sonrisa y en tu forma de hablar me decía que lo habías pasado mal, que habías tenido una vida dura, pero tu dulzura y tu forma de mirarme me hicieron bajar la guardia.
Te estaba acompañando a casa y parados en un semáforo, cuando pensaba que te había desarmado con mis encantos, sacaste una navaja y me robaste la cartera y el móvil.