La Obra Social de Ibercaja tiene como última finalidad el contribuir a una sociedad mejor a través del desarrollo de las personas y la generación de riqueza en los territorios a los que sirve. Un ambicioso objetivo al que destinamos nuestro esfuerzo y recursos a través de cuatro líneas prioritarias de actuación: la educación, el empleo, la acción social y asistencial y la cultura.
Todas ellas son importantes en la consecución de nuestro último objetivo pero, es una realidad, que tanto la educación como la posibilidad de disponer de un trabajo remunerado son las que, de forma eficaz, contribuyen al desarrollo y el progreso de una sociedad.
La educación es la clave, es la que contribuye al aprovechamiento de la inteligencia para generar talento que debe impulsar con fuerza el avance de un territorio, región o país. Como dice José Antonio Marina: la nueva riqueza de las naciones.
Un sistema educativo preñado de prácticas innovadoras, de nuevas habilidades, de destreza en el uso de las nuevas tecnologías y, de definitiva, de apertura a una nueva realidad, es el que debe propiciar unos trabajadores de futuro que proporcionen al tejido empresarial de la diferenciación y competitividad necesaria para desenvolverse en un mundo complejo y globalizado.
En esa línea está la Obra Social de Ibercaja, en el apoyo de la construcción de un nuevo modelo educativo que recoja muchos de los valores y competencias que inspiran el Premio Don Bosco: esfuerzo, ganas de superación, creatividad, innovación, aprovechamiento de las nuevas tecnologías, fomento de la investigación, espíritu emprendedor,…
Enhorabuena a Salesianos de Zaragoza por esta magnífica iniciativa que cumple 30 años y gracias por dejar que la Obra Social de Ibercaja les siga acompañando en este maravilloso recorrido que nos permite seguir avanzando en el cumplimiento de nuestra función social.